Los que hemos estado en Marruecos sabemos que en una mesa marroquí no puede faltar el pan.
No se puede imaginar comer sin este alimento básico, que además simboliza lo que para nosotros los occidentales, sería la cuchara.
Y es que para esta cultura, el pan pega con todo… Hasta con la fruta 😉
También en España, sobretodo en Andalucía, tenemos ese legado: una mesa sin pan y ensalada (o picaíllo) no es una mesa puesta.
Este alimento es tan esencial en Marruecos que ha sido considerado como el termómetro de la paz social.
En todo caso, el pan permanece situado en «una línea roja» que las autoridades no se atreven a cruzar al tener siempre presente en la memoria las revueltas sociales de Casablanca de 1981 en las que murieron 66 personas y que se originaron por una subida superior al 77 % del precio del pan.
Fatima Zohra Bouaziz / www.elpais.com / 25-04-2014
Hornos públicos
El pan en Marruecos es tan importante que puedes encontrar fácilmente incluso hornos públicos.
Un horno público es donde las personas de los alrededores pueden acudir con sus bolas de masa hechas, dárselas al panadero encargado y pasar más tarde a recoger sus planes caseros ya hechos por apenas unos dirhams.
El pan más típico marroquí, recibe el nombre de khubz es más o menos igual de grande que una pita, pero mucho más denso y rociado luego por encima con sémola.

Horno de arena bereber
En el desierto sobretodo, debido a la escasez de la madera, encontramos los hornos de arena bereberes, en los que se utiliza el calor de la misma arena junto con las brasas para cocer el pan y otros alimentos como la riquísima pizza bereber o madfouna.

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